martes, 11 de diciembre de 2012

Lirio

Me acabo de enterar de que ya no estás, de que no te voy a volver a ver de nuevo.
Parece mentira, el primer recuerdo que se me vino a la cabeza es de vos y yo tomando mate, acá en la cocina, yo contándote que tu nombre significa "Lirio" y vos no creyéndome. Por qué no me creías, si eras más hermosa que cualquier lirio?

Estos días estuve con la cabeza ocupada en pavadas, en plata, en ganas de cumplir proyectos. Saber que te fuiste fue un cachetazo para recordarme lo que en realidad importa.
Lamento que la vida nos haya puesto tan lejos. Podría haberte disfrutado mucho más, yo lo sé. Siempre me llegaste al corazón con la intensidad de una abuela. Tengo tus manos suavecitas y tu perfume en la memoria, y si cierro los ojos los siento de nuevo.

Me quedo con un abrazo fuerte que era para vos, un último abrazo y un beso enorme guardados en el corazón. Me quedo con tu voz y con las ganas de escucharla de nuevo. Me quedo acá con miedo, yo no entiendo los efectos del tiempo.

Si te pudiera decir algo, sería que te quiero y que vas a seguir conmigo, siempre.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

TE QUIERO ♥

-Estoy esperando que me largue el primer "Te quiero"
-Vos ya se lo dijiste?
-Nop... Solamente le dije el otro día algo parecido, pero no quiero arrebatarme.
-Y vas a esperar a que te lo diga ella?
-Se lo voy a decir cuando ya se me escape...

Si hay algo que tengo que agradecer es que me rodean personas tan geniales que no paran de inspirarme lindos pensamientos.

Ayer tuve una charla híper intensa con mi amiga, de esas que parece que terminan en un revoleo de ceniceros a lo SU Gimenez. Bueno, no pasó. Gritamos como gallinas, se nos llenaron los ojos de lágrimas, nos dijimos de todo, y lo hicimos con tanta libertad que hoy, teniendo el diálogo de más arriba con mi hermano, me cuesta muchísimo entender en qué momento se volvió tan fácil decir las cosas feas y tan difícil decir las lindas.

Hoy tenemos más cuidado en decir "Te quiero" que en decir "Mirá, andate bien a cagar".

Está claro que tenemos miedo de exponer lo bueno de nosotros, y seguramente se debe que a lo hemos hecho antes y que gracias a eso, seguro nos lastimaron. Entonces guardamos los "Te quiero", los "Me hacés bien" y los "Te extraño" para momentos súper especiales.
Mi desafío personal a partir de hoy, va a ser recuperar un poco eso que fui perdiendo por el paso del tiempo y con la acumulación de experiencias negativas. Temer menos a decir las cosas que construyen, y más a darle lugar a palabras que destruyen.


(Para cerrar la historia de la discusión con mi amiga, terminamos tomando mate juntas hasta las tres de la mañana, abrazándonos de a ratos y agradeciendo la posibilidad de poder decirnos las cosas con tanta sinceridad. En mi opinión, nos fortaleció).-

martes, 28 de agosto de 2012

Lluvia.

Estaba llegando bastante tarde al trabajo porque me habían dado ganas de extender 20 minutos más la charla de desayuno con mi amiga, entonces caminaba apurada. Llovía un montón, encima con mucho frío. Las veredas en Almagro son angostas y yo iba con mi súper paraguas (Nota: Llovía y yo tenía paraguas encima, me pasó tres veces en la vida COMO MUCHO), a 20 metros venía caminando una mujer que también llevaba uno. Me tiré a la derecha para dejarla pasar, y ella hizo lo mismo al mismo tiempo. Me fui para la izquierda, y ella también. Todo esto a 20, 15, 10 metros porque no nos queríamos chocar. Al ver esta coreografía medio improvisada bajo la lluvia que estábamos llevando a cabo, levantamos la vista y nos miramos. Yo seria, ella me sonrió. Yo le sonreí.
No la conozco, no sé ni el nombre ni su historia, ni por qué iba caminando por ahí, pero esa sonrisa me cambió la mañana porque me hizo pensar en cuánto nos hace falta.
Me sonrió en la calle y no me conocía, yo iba enculada porque llegaba tarde pero ella hizo que se me pase.

Aunque si me la vuelvo a cruzar no la voy a reconocer, le tengo que agradecer porque no había pensado en lo mucho que nos necesitamos.  


miércoles, 18 de julio de 2012

Hace un rato, tuve el siguiente diálogo por Whatsapp:

-Cómo estás?
-Bien, vos?
-Feliz.
-Por?

Así parece, para ser feliz hay que tener excusas. No parece ser un estado natural.
No quisiera caer en lo trillado que es decir que nos sobran excusas para ser felices, porque la verdad es que no sé a ustedes, pero a mí el mundo en el que vivo me asusta demasiado. Hoy se están cumpliendo 18 años del atentado a la AMIA, y la verdad lo único que puedo sentir es incredulidad. Es como si estuviera esperando que me digan que no, que no puede ser, que no puede existir algo así. No aprendemos.


No quiero este mundo para mí, no quiero este mundo para nadie. 
Si me dijeran cómo puedo hacer para cambiarlo creo que dedicaría cada una de mis horas para intentarlo. 
Termino el día con mi corazón y mi cabeza con esas 85 personas, ahora sí, tristeza es poco.

Pablo Fradkin @Pablofradkin
La injusticia que cumple 18 años, la impunidad que ya es mayor de edad... En nuestra memoria siempre estarán presentes; justicia perseguirás

martes, 3 de julio de 2012

Sí.

Anoche salí con un amigo y me preguntó qué había pasado con el blog... Le dije que le había puesto un fondo nuevo, que había quedado hermoso, pero que no había vuelto a subir ningún texto. ¿Al pedo, no?


Resulta que tenía un texto que amo, que no subía por vergüenza porque decía de mí mucho más de lo que quiero que sepan. Lo tenía guardado como un borrador en la casilla de correo, era casi un tesoro porque lo escribí en un momento en el que me dí cuenta de que tengo más amor del que creía. Hoy dije "Listo, lo subo" y cuando lo voy a buscar me acuerdo que ayer me bloquearon la casilla de Hotmail por quién sabe qué, y lo perdí (al menos por ahora).


La moraleja (más allá de los beneficios de un pen drive) es ésto que últimamente me viene haciendo mucho ruido en la cabeza: no es la primera vez que pierdo algo que de verdad quiero hacer por no animarme a enfrentarlo. En este caso por vergüenza, en otros casos por miedo o comodidad.


Mi profesor de impro me enseñó con teoría y práctica que el "Sí" abre puertas, que aceptar es la clave para construír historias. Nos crían de chiquitos diciéndonos "no toques eso"; "no te subas ahí"; "no te ensucies". El NO siempre es un buen camino porque no requiere ningún esfuerzo. Decís que no y ahí termina. En cambio al aceptar estás desatando responsabilidades, vas a tener que hacerte cargo de aquello a lo que accediste. La parte que no nos cuentan, y supongo que es por falta de experiencia es que siempre, pero siempre detrás del sí hay aprendizaje. Te arrepientas o no, vas a aprender.
A veces me pongo a pensar cómo hubiera sido la historia si los que la construyeron hubieran dicho que no a sus desafíos. También pienso en que si yo no lo hago, puede venir otro y hacerlo en mi lugar.


A pesar de que siempre digo que si quiero puedo dominar el mundo, me dio miedito subir un texto porque sentía que quedaba expuesta... 


Entonces es momento de temer menos y animarse más.



jueves, 14 de junio de 2012

Cambio

Antes que nada quiero decir que el texto de abajo me parece una cagada, antes lo amaba pero ya no.

miércoles, 25 de mayo de 2011

De princesas y otras mentiras.

Yo soy una de las tantas nenas que creció entre películas de princesas, hadas y finales felices.
Me viene pasando que miro las películas que veía de chica, y muchas cosas ya no me cierran. La otra vez viendo "La Sirenita" terminé indignada porque la piba respira lo más bien abajo del agua. Y el amigo pez, Flanders, no sólo habla, sino que lo hace también en la superficie. Definitivamente ser chico es mejor.

Ciertamente, si pudiera hablar con Walt Disney, le reprocharía unas cuantas cosas: Una sería las falsas expectativas que me creó acerca de los hombres. Todos mis príncipes azules destiñieron groso ante la primera prueba. Tengo muy presente la imagen de un hombre enamorado y desesperado por encontrar a la dueña del zapatito, la mujer que en ¿tres horas? lo había enamorado, dispuesto a hacer todo por llegar a ella. No me jodan, no existe el tipo que atraviese un bosque lleno de lobos, A CABALLO para rescatarte. Y si lo hace y llega vivo, mínimo te quiere sacar la ropa ahí nomás, en el último cuarto de la torre más alta.
Pero bueno suponete que eso pasa. Se flecharon, se enamoraron, ok. Se casan. Y? Imaginate al pobre príncipe descubriendo que la mina es una loca histérica del orden y que estalla si encuentra un cuchillo sin lavar en la pileta de la cocina. O enterándose de que Blancanieves tiene un problemita de compulsión y que ante la primera crisis va y revienta la Master Gold en el shopping.
Las princesas eran adolescentes con todos los quilombos mentales. La que no vivía con siete hombres, hablaba con ratones. Y -todas- tenían una gran ira reprimida. Ponele, si yo me la tengo que pasar limpiando como una esclava porque mi madrastra es una yegua que me tiene encerrada; no lo haría cantando, lo haría puteando. Y bajo de un hondazo al primer pajarito que me venga a cantar en la ventana, porque no estoy de humor para eso, ME TIENEN ENCERRADA! A todo eso, imaginate el ataque que me agarra si ni bien me liberan, van y se quieren casar conmigo. "Salí de acá! Acabo de salir de ahí y querés que me case con vos? Dejame ir a romper la noche y más adelante si da hablamos. Gracias igual... vení, dame otro beso."

Admito que mi carácter no es el esperado para un personaje de cuento (bueno al menos): Me levanto siempre de buen humor, pero prefiero que los primeros cinco minutos nadie me hable. Soy terriblemente desordenada y me como las uñas si estoy nerviosa. También tengo el llanto fácil, y puedo discutir por horas con tal de salir ganando. No soy una chica manejable -aunque a veces por estrategia pura pueda parecerlo- Pero, como toda mujer, puedo terminar rendida si me llaman "Princesa"
Así que, Príncipe, si estás ahí te digo: Vení cuando quieras.